El presente texto forma parte de una serie de comentarios que realice hace algunos meses en un grupo de Facebook integrado en su gran mayoría por personajes inmersos en el mundo de la publicidad el cual no mencionaré, pero que dio pie a cierta polémica sobre la banda Molotov.

Específicamente por su colaboración con Levi’s  y su colección de trucker jackets que celebraban los 20 años de carrera de la banda.

Esto me llevo a pensar en el vaivén en la trayectoria de uno de los grupos mexicanos más transgresores mediáticamente hablando del último lustro de los ’90 y que luego se convertiría, desde mi punto de vista, en la caricatura de ellos mismos. A tal grado que hoy en día podemos encontrar su música y su mensaje siendo utilizado indiscriminadamente para vender cualquier tipo de producto o hasta en ridículas campañas políticas de ridículos candidatos “independientes” 

¿No les parece esto un chingo absurdo?

Admito que mi cuestionamiento esta marcado por mi desazón hacia la banda en cuestión, pero aún me sigo preguntando… 

¿Quién carajos conecta hoy en día con Molotov?

Sinceramente me sorprendió leer la reacción de muchas personas respecto a la crítica que realicé, podría decir que descubrí un sub-grupo social del cual me refiero a ellos como «Molotovers», es decir aquellas personas atrapadas por la nostalgia de lo que en su momento parecía ser un contrapeso de la oferta musical al final del siglo XX y que para muchos de nosotros nos puede resultar una desilusión (como muchas tantas cosas en este país).  

Cabe mencionar que son innegables los logros de Molotov en la industria, pero también resultaría interesante reflexionar sobre las acciones mediáticas que pretenden influenciar a la población con un fin comercial o político.      

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– A mi entender una estrategia comercial no es más que sembrar en el inconsciente colectivo una idea de como se debe actuar para ser aceptado dentro de un grupo.-

Aquí les dejo algunos fragmentos de esos comentarios, no con el el fin de discutir si Molotov es la banda más grande de México o la más decepcionante, sino con el objetivo de reflexionar acerca de lo que consumimos a través de una marca, un partido político, los medios masivos o el internet…. Al final del día cada quien es responsable de las “drogas” que consume.

— Desconocía por completo el “engagement” que conserva Molotov con su legión de fans, al parecer se convirtieron en una “Vaca Sagrada” equiparable con las Chivas del Guadalajara, La Virgen de Guadalupe o El PRI.

— Por un momento recordé a Nicolas Alvarado defendiendo sus argumentos en contra de Juanga, pero definitivamente no soy un líder de opinión expuesto al escrutinio público ni pretendo serlo.

— Algunas personas demandaron una propuesta de mi parte… ¿Si Leví’s no hubiera utilizado a Molotov para su campaña, entonces a quién? Solo por mencionar alguno, y se que seguramente habrá sus detractores, creo que Café Tacvba tiene un valor creativo más poderoso que Molotov (aclaro, valor creativo). Me refiero a la forma de reinventarse a través del tiempo, no solo musicalmente sino visual, conceptual, gráfica y hasta individualmente. 

— Seguramente deje ver mi descontento por una banda de la cual se esperaba una postura más crítica y dura como lo fue en sus inicios, pero por lo que Olallo Rubio documentó en “Gimme the Power”, Molotov fue víctima de la industria, exprimiendo el concepto, forzándolos creativamente y hasta emocionalmente. 

Por eso mi cuestionamiento de quién esta conectando con la banda hoy en día, obviamente somos parte de la nostalgia, y como dirían por ahí… “Perdona a los nostálgicos como también nosotros perdonamos a los forever”

— Respecto al tema de que si venden o no entradas a sus presentaciones o si van por el mundo llenando estadios, obviamente los esfuerzos de marketing propios de la banda están enfocados a eso, obviamente el “deal” con las cerveceras, TicketMaster, Banamex y los acuerdos con el ente monopolizador llamado OCESA (asociado de Televisa por cierto – Para aquel que sigue creyendo que Molotov es Molotov a pesar de Televisa) es el medio para capitalizar a la banda.

— No tengo datos sobre cuantos discos físicos venden o cuantas descargas tienen en itunes o cuantas reproducciones suman en Spotify, pero seguramente siguen siendo muy rentables. Hasta donde se, hoy en día el medio más eficiente para capitalizar a una banda es a través de sus presentaciones en vivo y es muy evidente que detrás de ellos existe una maquinaria para lograrlo… 

— Para aquellos que cuestionan sobre mis gustos musicales o me recomiendan mejor escuchar a OV7, Pxndx o RBD, solo recordarles que de igual forma han sido utilizados y desechados una vez pasado su momento de fama. El punto es que nosotros mismo permitimos que las corporaciones sigan utilizando vehículos comerciales que muchas veces dejan mucho que desear pero que a ellos les funciona para hacer sonar sus cajas registradoras.

¿Deberíamos ser más críticos de los estereotipos que el marketing y los medios nos regalan constantemente? 

— Entiendo que hoy en día Molotov va mas allá de solo hacer música, es muy evidente que el objetivo de la banda como organización comercial es capitalizar el concepto y eso desde cierto punto de vista es un camino natural de supervivencia.

Es evidente el envilecimiento comercial que ha sufrido la banda y al parecer seguirá funcionando, seguramente no dejaremos de ver gente buscando el “chalequito contestatario” de 3 mil varos para ir a gritar al Palacio de los Deportes… «Si le das más poder al poder, más duro te van a venir a coger”… Tomando una cerveza Indio a un costo exhorbitante.