Este post no será sobre nuevas propuestas de musicales, sino sobre el entorno con el que he coexistido en la escena musical y “los medios”.

Me gustaría llegar al origen desnudo del rock, el cual no se trata de hacer proyectos que se parecen a los consagrados, ni de ser un músico privilegiado en técnica o estética personal (aunque estos facilitan algunos pasos seguramente)

El rock en espíritu es joven es potente, es tomar tu instrumento, juntarte con tus amigos y tener un vinculo, una salida, una forma de expresión que no se puede encontrar en ningún otro lugar. De igual manera la ideografía musical y la participación como asistente de un concierto.

Vivimos en una época post-nevermind, cuando la escena underground del mundo entero cambio luego de que una banda de Washington de una pequeña ciudad llamada Aberdeen cambiara el mundo y vendiera 10 millones de copias de su segundo álbum y llevara el rock alternativo al mainstream.


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Bruce Pavitt de Sub Pop (si no mal recuerdo) mencionaba como la industria que llevaba escondida ya 10 años e intentaba hacerse un espacio, cambio de hablar de música e ideologías, a hablar de dinero y contratos.

Era una época mas simple recuerdan, donde los pequeños sellos independientes publicaban música que les gustaba y muchos de los tratos eran entre amigos. – Antes del Nevermind de Nirvana –

Kurt-Cobain

Si cabe la comparación, hoy vivimos un momento similar en Toluca en pleno 2015, estamos ante un movimiento y una generación que esta buscando un sonido que categorice a la ciudad como lo hizo Seattle con el grunge, aunque probablemente es una analogía bastante exagerada, cumple su función. La diferencia es el súbito acceso a la información y a la producción de material, donde todo se vuelve efímero.

Los pequeños fanzines y editoriales no se hacen mas en tinta, todo lo vivimos en un mundo digital.

Mi experiencia personal en Loud Entertainment me ha llevado a conocer muchas propuestas musicales y personas que se interesan por el rock, poniendo especial atención siempre en los que le dan continuidad a esas ideas y/o proyectos sobre la ciudad.

Inclusive vivimos en la época donde la opinión publica se viraliza y se generan roces y opiniones en tiempo real, por medio de medios digitales. Las revueltas y opiniones son publicas y existen diferentes puntos de vista, lo que nos asemeja a NME y Melody Maker en su lucha por “el retorno del rock”. Aquí tenemos un gran «PERO» que tocare mas adelante y es ¿Sobre qué se debate?

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La primer discusión es la existencia de una escena, en la que en primera instancia, nadie ha delimitado de manera correcta para poder discutir sobre su existencia.

Para poder discutir este tema y sus partes: Simon Reynolds decía quela escritura de rock debería ser ferviente, encendida, ridículamente polarizada en juicios; arriesgarse al absurdo para tomar las cosas tan en serio; debería embriagarse de su propio poder (¿De que otro modo podía tener la esperanza de intoxicar al lector?) el hervor de excitación en la sangre, el temblor del cuerpo al percibir la trascendencia de un articulo. La escritura no tiene que ser necesariamente salvaje o echar espuma por la boca como perro rabioso. Puede ser precisa, controlada incluso severa. Pero su efecto debe ser como la verdad dándote un puñetazo en la boca…”

He tenido el gusto de conocer más blogs que hablan sobre música, que proyectos de música per se (curioso).

Muchos de estos proyectos aplauden el esfuerzo que se realiza por pequeño que se haga como Traffic, que a pesar de su “reciente” creación están presentes en los festivales mas grandes y los gigs mas pequeños que se puedan realizar, siempre alentando a que se conozcan nuevas propuestas, incluso realizando alguno que otro evento de su autoría con un éxito modesto.

Otros medios como Collective Corp antes Collective Radio están siempre presentes en los eventos, ruedas de prensa y espectáculos de los que es factible hacer una reseña, y recientemente encontré su nueva revista impresa.

Existen medios que coloran el semblante de varios y en ocasiones se acercan mas a ese fervor y extremismo de posición como Mapache, que de una manera muy particular, también realizan propuestas y eventos, intentando generar algo diferente para la ciudad.

Proyectos diferentes como Kill The Cool que reseñan diferentes lugares y eventos de la ciudad y de Distrito Federal.

Uniradio (mas centrada en una programación hipster de tendencia internacional)Medios que tienen presencia en diferentes eventos como Indie Radio Rock con su modo tan millenial, Revista Pasadizos con una propuesta mas reciente, radios universitarias y no comerciales con programas como TMM en Uniradio (mas centrada en una programación hipster de tendencia internacional) o La musique del rock y otros demonios de Radio Mexiquense y estaciones universitarias como la del Tec de Monterrey, la verdad es que la lista podría seguir otro par de paginas.

Definitivamente se agradece el esfuerzo labor de cada uno de ellos, pero el tema va más allá; la cuestión es que el compromiso como medio de comunicación no solo es una cobertura de como estuvo el KnotFest, el Festival Corona Capital o el festival que gusten nombrar,   regularmente se escribe una experiencia vivencial y no precisamente una experiencia sonora, la sensación que produce la atmósfera de un concierto y sus sonidos, el escuchar que algo te parte en dos y taladra tu cabeza con riffs y acordes llenos de algún genero poderoso o alguna voz que te eleva y sientes esa sensación de frío y asombro al escucharla, hasta hablar del intento fallido que realiza alguna nueva banda, ese análisis de  lo que pasa sobre el escenario; habitualmente se le da más importancia al precio de la cerveza y la calidad de los baños que a la sensación que produce la música en vivo…  ¿Y no es esto último lo que nos tiene aquí?

Aunado a esto la crítica y el periodismo musical raramente hablamos de proyectos nacidos en la ciudad o el país, de una  forma sonora como tal.

Creo que como medio, se debe volver a escribir curiosamente sobre música y dejar a un lado las actividades banales que acompañan a las nuevas producciones, si bien es justo señalar parte de la producción de un evento, no perder el foco de lo que se presenta en el escenario, la música es el objeto perdido que debemos encontrar de nuevo. 

El tomar nota de las sensaciones y sonidos de cada canción que se presenta, el alentar o desechar proyectos, es esa severidad con la que debe trabajar cada medio desde su propio enfoque y no solo promocionar un cartel. La diferenciación que dará credibilidad, valor a cada medio y alentará a que nazcan nuevos proyectos en la ciudad, y que estos lleguen a más personas tiene una premisa muy simple:

¡Hablemos de Música!

Fotografias: Charles Peterson