En este espacio no pretendemos en ningún momento ser tendenciosos, oportunistas o subirnos al tren del mame mainstream de los festivales que desde hace algunos años se llevan a cabo por parte de grandes corporaciones cerveceras y/o televisivas que controlan el país. Tampoco vamos a decir que estamos al margen de estos eventos o que no nos emociona de repente encontrarnos con sorpresas, musicalmente hablando muy agradables.

Sin embargo sí pretendemos ser analíticos, críticos y de algún modo irrazonables respecto a ciertos eventos que suceden a nuestro alrededor, en este caso el Festival Ceremonia 2015, que si bien año con año ha ido tomando cierta importancia, cuando revisé la propuesta musical y el contexto en el cual se desarrollará, me generó desconcierto.

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La primera vez que vi el cartel me vinieron a la mente imágenes de cientos de Millennials sedientos de pertenencia, de lugares de expresión ó de figuras mediáticas con las cuales simpatizar. De pronto el cartel resulta tan ecléctico que no se hasta que punto los asistentes están involucrados con las bandas que se presentan, o a caso es una fórmula de marketing para vender más chelas, más papitas o más desodorantes?… Al final de cuentas creo que si, el punto es el consumo, ¿de qué? de productos, marcas, conceptos, bandas y muchos etcéteras.

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Pero aún así y a pesar de esto, esperamos el día de mañana verlos por allá, e invariablemente de la banda, el contexto, el género ó el lugar, la idea es prender tantos porros como sea posible, ya sea como un Hooligan de Mánchester, un Punk de Essex, un Gangster de Compton o un Hipster de Xonacatlán.